1. A orillas de los ríos de Babilonia estábamos sentados y llorábamos, acordándonos de Sión;

2. en los álamos de la orilla teníamos colgadas nuestras cítaras.

3. Allí nos pidieron nuestros deportadores cánticos, nuestros raptores alegría: «¡Cantad para nosotros un cantar de Sión!»

4. ¿Cómo podríamos cantar un canto de Yahveh en una tierra extraña?

5. ¡Jerusalén, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra!

6. ¡Mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a Jerusalén al colmo de mi gozo!

7. Acuérdate, Yahveh, contra los hijos de Edom, del día de Jerusalén, cuando ellos decían: ¡Arrasad, arrasadla hasta sus cimientos!

8. ¡Hija de Babel, devastadora, feliz quien te devuelva el mal que nos hiciste,

9. feliz quien agarre y estrelle contra la roca a tus pequeños!





Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina