Encontrados 38 resultados para: extranjero

  • Dijo Yahveh a Moisés y a Aarón: «Estas son las normas sobre la Pascua: no comerá de ella ningún extranjero. (Exodo 12, 43)

  • Y de esto nada recibiréis de la mano del extranjero como alimento de vuestro Dios, porque su deformidad es un defecto; no os serán aceptados. (Levítico 22, 25)

  • No comeréis ninguna bestia muerta. Se la darás al forastero que vive en tus ciudades para que él la coma, o bien véndesela a un extranjero. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. (Deuteronomio 14, 21)

  • Podrás apremiar al extranjero, pero a tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe. (Deuteronomio 15, 3)

  • deberás poner sobre ti un rey elegido por Yahveh, y a uno de entre tus hermanos pondrás sobre ti como rey; no podrás darte por rey a un extranjero que no sea hermano tuyo. (Deuteronomio 17, 15)

  • Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés, para que Yahveh tu Dios te bendiga en todas tus empresas, en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión. (Deuteronomio 23, 21)

  • La generación futura, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, así como el extranjero llegado de un país lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahveh la castigará, y exclamarán: (Deuteronomio 29, 21)

  • Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero. (Deuteronomio 32, 12)

  • Si abandonáis a Yahveh para servir a los dioses del extranjero, él a su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después de haberos hecho tanto bien.» (Josué 24, 20)

  • «Entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio de vosotros e inclinad vuestro corazón hacia Yahveh, Dios de Israel.» (Josué 24, 23)

  • Y dijo el rey a Ittay el guitita: «¿Por qué has de venir tú también conmigo? Vuélvete y quédate con el rey porque eres un extranjero, desterrado también de tu país. (II Samuel 15, 19)

  • «También al extranjero que no es de tu pueblo Israel, al que viene de un país lejano a causa de tu Nombre, (I Reyes 8, 41)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina