Encontrados 113 resultados para: batalla de Amasías

  • Mientras el profeta le estaba hablando, Amasías le replicó: "¿Quién te ha nombrado consejero del rey? ¡No insistas! ¿O quieres que te maten?". El profeta desistió, no sin antes decir: "Yo sé que Dios ha decidido destruirte, por haber hecho esto y no haber escuchado mi consejo". (II Crónicas 25, 16)

  • Después de hacerse aconsejar, Amasías, rey de Judá, envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: "¡Ven a enfrentarte conmigo cara a cara!". (II Crónicas 25, 17)

  • Pero Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: "El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Dale tu hija por esposa a mi hijo. Pero un animal salvaje del Líbano pasó y pisoteó el cardo. (II Crónicas 25, 18)

  • Amasías no hizo caso, porque Dios así lo había dispuesto, para entregarlo en manos de Joás por haber venerado a los dioses de Edóm. (II Crónicas 25, 20)

  • Entonces subió Joás, rey de Israel, y se enfrentaron él y Amasías, rey de Judá, en Bet Semes de Judá. (II Crónicas 25, 21)

  • Joás, rey de Israel, tomó prisionero en Bet Semes a Amasías, hijo de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá. Lo llevó a Jerusalén y abrió una brecha de doscientos metros en el muro de Jerusalén, desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Ángulo. (II Crónicas 25, 23)

  • Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. (II Crónicas 25, 25)

  • El resto de los hechos de Amasías, desde el comienzo hasta el fin, ¿no está escrito en el Libro de los reyes de Judá y de Israel? (II Crónicas 25, 26)

  • A partir del momento en que Amasías dejó de seguir al Señor, se urdió una conspiración contra él en Jerusalén. Él huyó a Laquis, pero lo hicieron perseguir hasta Laquis y allí le dieron muerte. (II Crónicas 25, 27)

  • Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y lo proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. (II Crónicas 26, 1)

  • Él hizo lo que es recto a los ojos del Señor, tal como lo había hecho su padre Amasías. (II Crónicas 26, 4)

  • Pero Josías no cedió, y se obstinó en combatirlo. Sin escuchar las palabras de Necao, que procedían de la boca de Dios, fue a presentarle batalla en la llanura de Meguido. (II Crónicas 35, 22)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina