Encontrados 160 resultados para: Efraim
el hijo de Tájat, Zabad; el hijo de Zabad, Sutélaj. A otros dos hijos de Efraím -Ezer y Ebad- los mataron los hombres de Gat, nativos del país, porque habían bajado a apoderarse de sus ganados. (I Crónicas 7, 21)
En Jerusalén habitaron descendientes de Judá, de Benjamín, de Efraím y de Manasés. (I Crónicas 9, 3)
Hombres de Efraím: 20.800 guerreros valerosos, ilustres en sus propias familias. (I Crónicas 12, 31)
El séptimo, el del séptimo mes, era Jeles, el pelonita, de los descendientes de Efraím: su división tenía 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 10)
El undécimo, el del undécimo mes, era Benaías, de Pireatón, de los descendientes de Efraím: su división tenía 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 14)
De los descendientes de Efraím: Oseas, hijo de Azazías. De la mitad de la tribu de Manasés: Joel, hijo de Pedaías. (I Crónicas 27, 20)
Abías se paró sobre el monte Semaraim, que está en la montaña de Efraím, y dijo: "¡Escuchen, Jeroboám y todo Israel! (II Crónicas 13, 4)
Al oír estas palabras y la profecía que había pronunciado Azarías, hijo de Oded, Asá se decidió a eliminar los ídolos abominables de todo el territorio de Judá y Benjamín, y también de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraím. Además, restauró el altar del Señor que estaba delante del Vestíbulo del Templo. (II Crónicas 15, 8)
Luego reunió a todo Judá y Benjamín, y a los hombres de Efraím, de Manasés y de Simeón que residían con ellos, porque mucha gente de Israel se había pasado a Asá, al ver que el Señor, su Dios, estaba con él. (II Crónicas 15, 9)
Instaló destacamentos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y puso gobernadores en el territorio de Judá y en las ciudades de Efraím que había conquistado su padre Asá. (II Crónicas 17, 2)
Josafat residía en Jerusalén, pero salió de nuevo para visitar a su pueblo, desde Berseba hasta la montaña de Efraím, y lo hizo volver al Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 19, 4)
Entonces Amasías licenció a la tropa que había venido de Efraím, para que se fueran a su tierra. Ellos se indignaron contra Judá y volvieron enfurecidos a su tierra. (II Crónicas 25, 10)