Encontrados 692 resultados para: Cielo
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: ‘Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia’". (Exodo 32, 13)
Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce. (Levítico 26, 19)
El Señor, su Dios, los ha multiplicado de tal manera, que hoy ustedes son numerosos como las estrellas del cielo. (Deuteronomio 1, 10)
¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: ‘Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas’". (Deuteronomio 1, 28)
A partir de este momento, haré que el pánico y el terror se apoderen de todos los pueblos que están bajo el cielo: el que oiga hablar de ti, temblará y se estremecerá de espanto". (Deuteronomio 2, 25)
"Señor, tú que has comenzado a mostrar a tu servidor tu grandeza y tu mano poderosa, porque no hay ningún dios en el cielo o en la tierra capaz de realizar las obras y los portentos que tú realizas: (Deuteronomio 3, 24)
Ustedes se acercaron y permanecieron al pie de la montaña, mientras la montaña ardía envuelta en un fuego que se elevaba hasta lo más alto del cielo, entre negros nubarrones y una densa oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)
Y cuando levantes los ojos hacia el cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el Ejército de los cielos, no te dejes seducir ni te postres para rendirles culto. Porque ellos son la parte que el Señor, tu Dios, ha dado a todos los pueblos que están bajo el cielo. (Deuteronomio 4, 19)
yo les juro hoy, poniendo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra, que desaparecerán muy pronto del país que van a poseer cuando crucen el Jordán. No vivirán allí mucho tiempo, porque serán exterminados por completo: (Deuteronomio 4, 26)
Pregúntale al tiempo pasado, a los días que te han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante. (Deuteronomio 4, 32)
Él te hizo oír su voz desde el cielo para instruirte; en la tierra te mostró su gran fuego, y desde ese fuego tú escuchaste sus palabras. (Deuteronomio 4, 36)
Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios -allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)