2. Dígnate, oh Dios, librarme; apresúrate, Señor, en socorrerme.

3. Queden avergonzados y humillados los que buscan mi muerte. Que retrocedan, confundidos, los que se alegran con mi desgracia.

4. Que se escondan de vergüenza los que dicen: "¡Esta vez lo pillamos!"

5. Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan; y los que esperan tu salvación repetirán: "¡El Señor ha sido grande!"

6. ¡Tú ves cuán pobre soy y desdichado! oh Dios, ven pronto a verme. ¡Tú eres mi socorro, mi liberador, Señor, no tardes más!





“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina